Juan Bosch y Yo

Por motivo del centenario de Juan Bosch, el gran pensante, estadista y escritor de la República Dominicana nacido un 30 de junio de 1909 en La Vega, las fiestas, tertulias, congresos y exposiciones siguen a la orden del día.

Para aquellos amigos que no están familiarizados con la historia moderna dominicana, permítanme ofrecerles una breve reseña en honor a Don Juan Emilio Bosch Gaviño y una anecdota que vivi con este gran hombre.

De padre Catalán y madre Puertorriqueña, Bosch vivió su niñez en una aldea llamada Rio Verde y luego de completar sus estudios superiores se dirigió, como todo buen muchacho, a Santo Domingo – La Capital – en busca de nuevos horizontes, sin saber que dentro de pronto viajaría a España, Venezuela y varias islas del Caribe.

Aun siendo muy joven Bosch publico su primer libro de cuentos, titulado “Camino Real”. De ese momento en adelante pasaría las siguientes seis décadas aportando sus vastos conocimientos no solo al pueblo Dominicano, sino a toda América Latina mediante la publicación de docenas de ensayos, tomos de historia, cuentos y novelas.

Su incursión al activismo político y la lucha social coincidió con el vertiginoso asenso de la dictadura del General Trujillo, hasta el punto que Bosch fuera encarcelado en varias ocasiones y, finalmente, se le ofreciera comprar su silencio con una curul en el congreso. Reconociendo que tenía pocas opciones ante la oferta del Generalísimo, Bosch se marcho con su familia a Puerto Rico en el año 1938. Poco después de traslado a La Habana, donde continúo su actividad literaria.

En el verano de 1939, Bosch fundó el Partido Revolucionario Dominicano desde Cuba, hecho que consolidaba abiertamente la oposición al régimen del dictador. Irónicamente, en 1952 el General Fulgencio Batista le propino un golpe de estado al Presidente Socarras de Cuba y Juan Bosch estuvo entre los encarcelados. Ahora exiliado por segunda vez, Bosch se estableció en Costa Rica.

El 30 de Mayo de 1961 murio Trujillo por causas naturales, puesto que es muy natural que una persona muera después de recibir múltiples impactos de bala en su cuerpo. Tras el exilio obligado de su clan con todos los millones habidos y por haber, Bosch regresa a su patria y se inserta en el quehacer político de inmediato.

A finales de 1962 Bosch gana la primera elección presidencial democrática en más de tres décadas. El 27 de Febrero es juramentado como Presidente Constitucional de la República Dominicana. En aquel entonces Bosch representaba para el pueblo dominicano lo que Obama representa para muchos norteamericanos: un símbolo de la esperanza, de lo posible, de un mejor camino hacia el futuro. Nadie se imaginaba que esta anhelada utopía duraría menos que un embarazo.

Desde el primer momento Bosch enfrento varios obstáculos monumentales. Primero, una iglesia Católica que lo tildaba de comunista ateo. Por otro lado, el sector empresarial se espanto con sus discursos sobre reforma agraria y garantías laborales. Adicionalmente, la extraordinaria maquinaria militar que Trujillo había cultivado durante 30 años rehusaba entregar su cuota de poder. Finalmente, los Estados Unidos percibía a Bosch como una figura peligrosa: un gran intelectual pero un político débil e indeciso. Washington temía que, o Bosch se convertiría en un comunista siguiéndole los pasos a Fidel o no sería capaz de manejar la situación interna del país, permitiendo que una revolución similar a la de Castro se repitiera en suelo dominicano.

Básicamente los gringos dieron luz verde a un golpe de estado contra Bosch, el 25 de Septiembre del 1963, tan solo siete meses después de su toma de posesión. De nuevo Bosch sale hacia el exilio en Puerto Rico.

En 1965 estallo el pueblo dominicano y exploto una revolución popular que culmino en la llegada de unos 40 mil soldados norteamericanos quienes, para variar, cometieron toda clase de atropellos en nombre de proteger la democracia. Aun no era el momento de Bosch.

Alrededor de 1970 a Bosch se le ocurrió que su partido, el PRD, debería enfocarse en la capacitación de sus integrantes. Su intento por implementar una estructura basada en el estudio de historia, política y justicia social entre los PRDistas fue rechazado puesto que el partido se encaminaba hacia un modelo de masas, abierto a quien quisiera inscribirse, como estrategia para adquirir triunfos electorales en la renaciente democracia dominicana.

En 1973, Bosch renuncio al PRD y establecio un nuevo partido, el Partido de la Liberación Dominicana, el cual integraba el modelo de capacitación y preparación que el había querido implementar en el PRD. Bosch se postulo para la presidencia del país, sin éxito, en cada jornada electoral entre 1978 y 1994. Tras la última derrota Bosch, a sus 83 años de edad y con serias complicaciones de salud, se retiro de la vida pública no sin antes consolidar el poder de su partido en apoyo a su hombre de confianza, un joven llamado Leonel Fernández.

Personalmente, tuve el gran privilegio de conocer a Bosch en 1993, durante su memorable visita a Providence. Para aquel entonces yo trabajaba como diseñador grafico para un periódico local editado por el profesor y sociologo Héctor Galván. Coincidentemente, Galván era fiel seguidor de Bosch y a su vez intimo amigo de Leonel Fernández, quien en aquel entonces parecía contentarse con ser la mano derecha del anciano líder y su traductor durante aquellas kilometricas disertaciones de Bosch en varias universidades norteamericanas.

Me acuerdo que el periódico operaba desde la casa de Galván en la calle Marvin en el West End de Providence y allí cerramos la edición de esa semana entre anécdotas y chistes con Fernández, sin imaginarnos jamás que esta figura seria, unos mil dias mas adelante, Presidente de la República Dominicana. Mucho menos se imaginaria Galván que terminaría siendo Embajador en Corea del Sur, donde sigue hasta la fecha representando fielmente los intereses de Quisqueya y fomentando la inversión coreana en el país.

El caso es que en un momento dado tuve la oportunidad de conversar brevemente con Bosch en la antesala de un evento. Para aquel entonces yo tenía 19 años y aun cuando sabia que se trataba de una gran figura de la historia, desconocía los pormenores de la fascinante vida de este gran hombre, tesoro universal del pensamiento.

Ingenuamente lo salude y decidí romper el doloroso silencio del momento con aquello que los gringos llaman small talk: “Profesor, como lo está tratando el frio?” El se sonrió y me dijo, con su voz endeble y obviamente afectada por el clima, “Ahí vamos, joven”.

De esa manera transcurrio mi interacción con este gran literario, estadista y pensante. Con este hombre que se había codeado con Castro y con Kennedy, que había sido presidente, que habia sido tres veces exiliado y dos veces fundador de partidos, que había impulsado una nueva era de apreciación por el cuento en la literatura Latinoamericana.

Uno de muchacho si es pendejo.

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2 Responses to Juan Bosch y Yo

  1. Pingback: La obra de Juan Bosch, Patrimonio Documental dominicano > Poemas del Alma

  2. alsewya says:

    Reblogged this on Profesor Juan Bosch.

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